El afán enciclopédico, llevado con una gráfica fantasiosa, hicieron tener una visión muy efímera de la realidad que en aqeullos tiempos se daba. los viajeros dieron una imagen heterogenea vista desde afuera, base de ello fue que la corona administraba esos viajes y dictaba lo que debía dibujar y que no.

Los distintos viajes que se realizaron como expediciones científicas podemos mencionar:
- Jorge Juan y Antonio de Ulloa
- Alejandro Malaspina
- Ruiz Y Pavón
- Obispo Baltazar Jaime Martinez de Compañon
- Von Humbolt
Los dibujos realizados en las expediciones marcaron un ambiente costumbrista en el Perú virreinal y colonial, que hicieron que América en vez de ser descubioerta fuera más vista como una invención de sus invasores europeos.
La Leyenda de las Amazonas

Como ya lo mencionamos antes, se dió una vista única de cómo era la sociedad de aquel entonces. Un aspecto interesantes fue como mezclaron temás mitológicos de la antigua grecia con la propia sociedad americana de aquel entonces.
La leyenda de las amazonas, de origen griego, como tribu de mujeres guerreras:
"En 1535, Diego de Almagro (1475-1538), que participó en la conquista de Perú con Pizarro, dijo haber oído, en aquella zona, relatos de indios asegurando que había una vasta región dominada por mujeres cuya reina se llamaba Guanomilla (que significa cielo de oro) y que en esa tribu había tanto «metal blanco y amarillo» que hasta los sencillos utensilios para preparar los alimentos eran hechos a mano con esos metales preciosos."
Se cuenta que las amzonas sólo se debicaban a pelear, dejando de lado algún menester femenio, y cuando veían un hombre los mataban. Sólo en cierta época trataban con ellos con el fin de procrear, y sólo se quedaban con las hijas nacidas mujeres, y a los hombres los rechazaban.
Un relato dice:
Francisco de Orellana, descubridor del río Amazonas, después de desaparecer en la selva por 12 días y de haberse creido muerto, al ser encontrado cuenta la siguiente historia:
A finales de junio, por San Juan, la expedición hizo una parada para festejar el santo, pero nuevamente tuvieron que hacer frente a una tribu hostil. Orellana intentó el entendimiento, pero los aborígenes afirmaron «que nos cogerían a todos para llevarnos a las mujeres guerreras». Los españoles respondieron con el fuego de las armas; la lucha se intensificó y el propio Carvajal fue herido. Surgen entonces las referidas mujeres con arcos y flechas en auxilio de la tribu. «Ellas luchaban con tal ardor que los indios no osaban retroceder y si alguno huía frente a nosotros eran ellas quienes los mataban a palos (...). Son muy blancas y altas, con el pelo muy largo, entrelazado y enrollado en la cabeza. Tienen los miembros grandes y fuertes y van desnudas a propósito, tapadas en sus vergüenzas; con sus arcos y flechas en la mano, son tan combativas como diez indios (...). Ciertamente hubo una de esas mujeres que metió un palmo de flecha por uno de los bergantines, y las otras, un poco menos, de modo que nuestros bergantines parecían puerco espines.» .
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